Conoce con Volvo cómo funcionan las marchas en un vehículo automático
Los vehículos automáticos comienzan a ganar terreno en Europa. En el caso de España en el primer semestre de 2021, un 38,1% de las matriculaciones correspondieron a coches automáticos, un porcentaje considerablemente mayor a años anteriores.
Entre las ventajas de conducir un vehículo de estas características se encuentra, en primer lugar, la comodidad. La conducción se simplifica al máximo, ya que no es necesario pisar el embrague cada vez que cambias de marcha.
Aún así, si nunca has conducido este tipo de vehículos aprender resulta sumamente fácil siguiendo unas pautas simples. Que no dispongan de cambio manual no significa que no haya que seleccionar distintas posiciones con una palanca. Las cajas de cambios automáticos constan de letras (en vez de los números de la transmisión convencional):
-P (Parking): en esta posición se bloquea la transmisión y el coche está en modo estacionamiento. Solo debe seleccionarse cuando el vehículo está parado.
-R (Reverse): se utiliza para activar la marcha atrás.
-N (Neutral): equivale al punto muerto en una caja de cambios manual.
-D (Drive): es la posición para conducir.
El coche se arranca desde la posición P (accionando la llave) a la vez que se pisa el freno con firmeza. Ahora, quita el freno de mano (pulsando un botón o tirando de un mando). Una vez con el motor en marcha, para avanzar hacia delante debes dirigirte a la posición D (o a la R si quieres dar marcha atrás). Después, suelta el pedal del freno suavemente y el vehículo comenzará a moverse.
Una vez iniciada la marcha, el conductor ya no tiene que preocuparse de mover la palanca, la transmisión automática se adapta a la velocidad de conducción en cada momento. Solo debes estar pendiente de pisar el acelerador (situado a la derecha) o el freno (a la izquierda) con un solo pie (el derecho, el izquierdo va descansando). Ten en cuenta que para pasar de P a D o de D a R debes estar parado.
Si vas en un atasco no es necesario acelerar: basta con soltar ligeramente el freno y el coche avanza, propiciando una conducción más eficiente. Cuando bajes una pendiente, no acciones la posición N (punto muerto), sino que conduce con el freno motor para ahorrar combustible y no pisar el freno con tanta frecuencia. Si aparcas en pendiente, no olvides nunca poner el freno de estacionamiento.
